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Consige un ahorro en tu vivienda con el aislamiento hidrófugo en construcciones

A la hora de tener en cuenta el ahorro en tu vivienda es importante tener en cuenta el ahorro del que podemos vernos beneficiados durante el uso posterior de la misma. Si protegemos nuestra vivienda de un modo ecológico, conseguiremos un beneficio mayor para nosotros y para los nuestros. Todas las reformas que se realicen en granada deben tener en cuenta, por tanto, la importancia del aislamiento hidrófugo en las construcciones.

La utilidad del aislamiento hidrófugo
La principal ventaja de este tipo de aislamientos consiste en proteger las construcciones, ya sean obra nueva en granada como reformas en granada, de las posibles humedades que se produzcan tanto en los paramentos verticales de la edificación como en los forjados en contacto con el exterior o el terreno, en carpinterías o en cubiertas.

Los tipos de aislamiento hidrófugo más comunes
Los materiales más comunes que se utilizan como aislamiento hidrófugo son: materiales bituminosos, como el asfalto o el betún; cartones impermeables, como el fieltro de techar; coberturas o lienzos impermeables, láminas termoplásticas, revoques hidrófugos, hormigón hidrófugo y pinturas especiales, como pinturas anticorrosivas o pinturas hidrófugas.

Modos de empleo
Se debe tener en cuenta que la mera colocación o proyección de un material hidrófugo para el ahorro en tu vivienda no soluciona el problema de la posible humedad. La humedad seguirá produciéndose, pero ya no penetrará en el interior del espacio que se está intentando proteger. Por esto, es muy importante realizar un reconocimiento y un análisis sobre el origen de la humedad para, una vez protegida la dependencia con el material hidrófugo, disponerse a eliminar la humedad.

La aplicación de cada uno de los diferentes tipos de aislamiento hidrófugo depende del material elegido. La pintura o el hormigón tienen formas similares de aplicación, debiendo quedar la superficie a proteger totalmente cubierta, sin ningún hueco, y una superficie lo más plana posible para que no se produzcan pequeñas bolsas de agua que puedan ocasionar problemas.

Los materiales rígidos, como planchas o láminas, deberán ir adheridos o colocados sobre la superficie que se va a proteger sin ningún tipo de agujero, es decir, si la superficie es vertical, la unión con ésta se producirá mediante un adhesivo plástico para que no exista ningún orificio por el que pueda acceder el agua. Si la superficie es horizontal bastará con colocar la plancha o lámina sobre ella. En caso de no ser posible su colocación por la parte superior, se debe tener en cuenta las mismas indicaciones dadas para una colocación de forma vertical. En todo caso no deberá quedar ningún pliegue ni producirse encuentros que permitan el paso o el estancamiento del agua.

Para la aplicación de cualquier solución lo más recomendable es acudir a especialistas y no tratar de hacerlo por cuenta propia, ya que cualquier error puede causar graves trastornos en la edificación.

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